*Comenzó a practicar sin saber que su calidad iba a ser tanta que tendría la oportunidad de participar en ocho Copas del Mundo; su único límite es el cielo y hoy entrena a 80 deportistas
Antonio Zamora
Puebla, Pue.- Su fortaleza es envidiable. Pastora Durán comenzó a practicar el triatlón sin saber que su calidad iba a ser tanta que tendría la oportunidad de participar en ocho Copas del Mundo y ser entrenadora de docenas de atletas en diferentes partes del país y el extranjero.
Hija de un torero español que llegó a México por la Guerra Civil. El exiliado se identificó muy rápido con la cultura mexicana y se naturalizó e hizo gran parte su vida en Tehuacán donde nacieron Pastora y una hermana.
“Yo no hacía nada de ejercicio, pero mi papá falleció y me dio una depresión fuerte, consulté a médicos y me dijeron que tenía dos opciones: hacer ejercicio o tomar fármacos. Me di cuenta que no podía depender de fármacos y le hablé mejor a una amiga que corría para pedirle ayuda, no quería entrar a un gym, pero quería hacer algo al aire libre y le pedí que me enseñara a correr”, recuerda.
Sin darse cuenta, cambió su vida para siempre y desde que conoció el running, se interesó por otros deportes hasta que un amigo le habló el triatlón, con prueba de atletismo, natación y ciclismo, algo que se convirtió en una adicción.
“Mi amiga me motivó para correr y empecé a averiguar de otros deportes hasta que un amigo me hablo del triatlón, así que me emocioné y empecé a averiguar más hasta que se volvió una hermosa adicción en mi vida que me ha llevado a ser competitiva y tener la posibilidad de vivir de esto, ahora a través de mi conocimiento otros atletas pueden vivir esta experiencia”.
Fue en el 2016 que se sumergió en el mundo del triatlón y no ha dejado de evolucionar: participó en su primer Mundial en Rotterdam, en Países Bajos, donde terminó en el lugar 30 dentro de su categoría.
“He tenido la suerte de vivir ocho mundiales y realmente administro bien mi tiempo para hacer las cosas que me gustan, me levanto a las seis de la mañana, me voy a entrenar y por lo regular son dos sesiones al día, trato de que una sea en el día y la otra en la tarde, y depende para la competencia que esté preparando”.
Desde hace cinco años se convirtió en entrenadora y aprovechando las bondades de la tecnología y que, a partir de pandemia, la enseñanza en línea se convirtió en un tópico de la nueva realidad, actualmente entrena a 80 atletas de diferentes partes del país e incluso en el extranjero.
“Tengo mi equipo de 80 personas a nivel nacional e internacional a los cuales los llevo en forma a distancia por una plataforma que tengo que se llama trending pick, ahí podemos planificar entrenamientos, mantengo comunicación semanal para poder ir monitoreando a los que no puedo ver y ha resultado bien para ellos y para mí.
Pastora Durán es una triatleta, pero, sobre todo, una mujer ejemplar, para la cual su único límite es el cielo porque cada que tiene una meta se empeña en lograrla con lo que a través del ejemplo motiva a todos a su alrededor.
“Para mi hay una frase que me encanta y que les digo, que el único límite que tenemos es el cielo porque no lo podemos tocar, pero sí podemos soñar y llegar a cumplir nuestros sueños, es importante que lo visualicen y de ahí que trabajen por ello, nada te lo regalan y menos en el deporte, es picar piedra todos los días”.